Puente festivo de Agosto, ¡el próximo se encuentra casi a dos meses de “distancia”!. Tocaba aprovecharlo y luego de validar posible destinos, decidí iniciar mi recorrido a Arboletes.
Personalmente había escuchado de Arboletes, pero nunca había ido a este rincón del país y último municipio al norte de Antioquia, unos decían que se podía transitar por Urabá y otros por la vía Caucasia y para salir como de la duda, tuve que mirar un mapa para poder ubicar acertadamente el municipio e identificar porque se podía transitar por diferentes vías.
El viaje tuvo que ser muy bien planificado; pues, Colombia presenta para esta época ya casi dos meses de un paro minero en protesta contra el gobierno, este parol ha impedido el paso vehicular varias veces durante este periodo de tiempo por la vía de Caucasia; adicionalmente, el día lunes festivo del retorno a Medellín se unían al paro el gremio transportador, caficultor y algunos sectores agrícolas, lo que hacía de nuestro retorno un viaje algo arriesgado por la imposibilidad pasar por la carretera de la vía a Caucasia, la cual es la que más obstrucciones de la vía había tenido por los manifestantes. Por consiguiente, se creó un plan B, C, D, E …. n para aplicar en caso de inconvenientes durante el regreso. En ocasiones anteriores he exaltado la labor de Invìas por el trabajo realizado en la ruta; pero, en esta ocasión si va mi crítica; pues, en busca de un panorama para el viaje llamé, escribí correos electrónicos, escribí y llamé infinidad de veces al #767, siempre preguntando por un plan para garantizar la movilidad por esta zona y la respuesta fue, “esté llamando”, me parece increíble que un paro que tiene más de un mes activo, otros varios programados y anunciados, las entidades públicas no estén preparadas para garantizar el tránsito de estas vías y mucho más al ser un puente feriado; noté que el tema para estas entidades públicas (implico a la Policía Nacional con su división de Policía de Carreteras) es demasiado reactivo, nada planeado ni pensado en la población viajera ni en la que vive de la viajera, nunca tuve una respuesta que me diera un grado mínimo de idea de que yo como ciudadano contaba con la protección de la fuerza pública en esos sectores, lo más decepcionante de todo es que los propietarios de vehículos no pueden dar el mismo tipo de respuestas al momento de pagar los impuestos o peajes.
Este viaje lo hice acompañado de varios compañeros de ruta y la verdad fue muy divertido; pues, normalmente estamos de acuerdo con todo lo que se propone y hasta el momento desavenencias cero. Varios iban acompañados por sus parejas quienes por vez primera realizaban un largo viaje en moto, fue por esta razón que decidimos realizar el viaje de ida en dos tandas, con la finalidad que no se sintiera muy pesado el viaje en un solo día. Arrancamos nuestro viaje el día viernes a las 19:00 pues no fue posible que todos pudiéramos salir una horita más temprano del trabajo. Afortunadamente para este viaje iba estrenando un par de exploradoras que literalmente brillaron (http://goo.gl/awABTF), hicieron lo suyo durante el viaje nocturno, permitiendo que no solo yo; si no que, también mis compañeros de viaje pudiéramos transitar con un poco más de confianza; pues, la verdad es que la sola luz de la moto es demasiado pobre y mucho más en las partes donde se está haciendo repavimentación que es cuando el pavimento más luz absorbe disminuyendo la visibilidad que ofrece la luz principal de la moto. Llegamos a Santa Rosa de Osos a las 20:30; pero, infortunadamente habían aproximadamente 10 buses de turismo haciendo parada allí para que los pasajeros pudieran disfrutar de un alimento en vía a la costa; por tal motivo, decidimos no alimentarnos allí; si no que, seguiríamos hasta Betania, donde venden una de las mejores almohabanas y pandquesos que me he comido, a este sector llegamos a las 21:00 donde nos quedamos media horita comiendo pandequeso con aguapanela, ¡excelente combinación!. Seguimos la ruta hasta Valdivia donde llegamos a las 22:30 y allí nos quedamos en el hotel Monterrey, el cual queda al lado de la estación de gasolina de este pueblo; dicho hotel es de camioneros, poco suntuoso pero con una cama limpia y cómodo para pasar unas cuantas horas de sueño; pues, la idea era madrugar bastante al día siguiente con la finalidad de prevenir inconvenientes en la vía.
El día sábado madrugamos bastante; pero, no salimos a las 06:00 que era la hora planeada; pues, esperamos a un compañero de ruta que se quedó debido a una lluvia intensa en Yarumal la noche anterior y este no llegó a Valdivia sino hasta las 07:00, hora en la cual partimos rumbo al norte. Continuamos la ruta rápidamente hasta que llegamos a un corregimiento llamado El Jardín que es donde la gran mayoría de disturbios fueron creados durante el paro minero anteriormente mencionado, se evidenciaban rastros de llantas quemadas en el pavimente y algunos escombros de madera; pero, lo que si brilló por su ausencia fue la fuerza pública; pues, no se vio a ninguno de estos ejerciendo aunque fuera presencia en esta vía. Afortunadamente, los residuos de llanta y escombros fue lo único que vimos en la vía pues nos permitió pasar, apremiamos el paso hasta Caucasia, donde logramos llegar a repostar combustible, tomar agua y continuar con prisa para pasar esta Ciudad; pues, la recomendación fue pasar de la subasta ganadera para garantizar un viaje placentero desde la subasta en adelante.
Fotos durante la ruta |
Luego de este sitio de compra de ganado a las afueras de Caucasia, paramos a desayunar aproximadamente a las 09:00; allí vimos cuatro policías, un Coronel, dos suboficiales y un patrullero; no me quedé con las ganas y a todos ellos luego de saludarlos y entablar una pequeña conversación les pregunté ¿podrían ustedes decirme por favor que PLAN tiene la policía nacional para garantizar el tránsito de los turistas en esta vía en la operación retorno del día lunes? A lo cual me respondieron “Esté llamando al #767” a lo cual le respondí que allí me dan información en tiempo real y les expliqué que si me indicaban que había un PLAN, podía estimar mejor una probabilidad de paso sin problemas por este sector en conjunto con el minuto a minuto del #767; ya que, si durante el retorno faltando 20 kilómetros para llegar a Caucasia el #767 indicaba que la vía había sido cerrada, pues el dato ya me servía de poco; pues, debía devolverme 150 kilómetros hasta Arboletes para llegar a Medellín por la vía a Urabá; a lo cual me indicaron que no había plan, ¡que colmo! Que una entidad de fuerza pública no sepa que es un plan o planear, mucho más cuando se trata de paros avisados y son previstos, dejo una pequeña reflexión no creada por mí; si no por, Matt Groening sobre el tema de ser policía http://goo.gl/tqcSu0 el cual en casos como estos dan la total razón del tema.
Arrancamos de Caucasia a las 10:20 de la mañana (casi hora y media desayunando jejeje) se pasa rápidamente por Montería, las vías de Montería a Arboletes están siendo arregladas y están quedando con muy buen pavimento, yo creo que en aproximadamente un año ir a Arboletes será un placer hacerlo por corretera especialmente por esta nueva vía Montería Arboletes, casi sin parar luego del desayuno y luego de 480 kms llegamos a Arboletes a las 12:50
Llegamos al hotel Mi Remanso, donde nos recibió su administrador Gohar Molina con un saludable jugo de bienvenida. Desde el primer momento la amabilidad de Gohar se hizo notar en donde nos recibió con un muy grato saludo desde el mismo momento en que íbamos llegando en nuestras motos. El hotel en sí; es muy acogedor, hay habitaciones con aire acondicionado o ventilador, el plan incluye las tres comidas; pero ¡que comidas! sin miseria, con el sabor costeño y el arroz de coco que no puede faltar; con respecto a las comidas, me sentía como en los decameron, pues era tanto lo que se alimentaba uno que no se alcanzaba a sentir hambre. El hotel, queda prácticamente sobre la playa y a muy pocos metros del mar, esto hace que la brisa del mar pegue al hotel y lo haga fresco, al igual que ayuda a tener un gran placer al estar contemplando el océano con la brisa en el rostro al estar sentado en el corredor del hotel, tiene en la playa carpas para el sol propias lo que nos permitía disfrutar de la playa en horas de la tarde sin tener; como sucede en otras ciudades, que pagar por un poco de sombra, en la carpa el hotel se contaba con servicio de bar y puede uno ser atendido en todo momento con solo levantar la mano (la cuenta claro está, la apuntaran a la habitación jajaja).
Hotel Mi Remanso |
Alimentación del Hotel Mi Remanso |
Alimentación del Hotel Mi Remanso |
Hotel Mi Remanso |
Hotel Mi Remanso |
Hotel Mi Remanso |
El mar, es muy similar al de Coveñas, no muy claro, no muy oscuro, tiene un oleaje aceptable como para disfrutar un poco del mar; pero bueno, no hay problema alguno desde que se quiera disfrutar de un buen mar.
Atardecer en Arboletes |
En la noche del sábado, salimos a dar una vuelta al parque de Arboletes; pero la verdad, nada interesante que ver, no hay mucho comercio turístico allí (camisetas, souvenirs, artesanías, etc), todo entre lo normal de cualquier pueblo de Antioquia pero eso sí con su combinación costeña; eso sí, lo que me llamó mucho la atención es que nos sentamos en tres lugares diferentes a consumir bebidas o alimentos y la cuenta fue realmente económica casi que a un tercio de lo que gastaría uno en Medellín, Arboletes en función de su precio es el sitio para la rumba jeje
Uno de los grandes atractivos de Arboletes es su volcán de lodo; es súper bueno, pues burbujea, cosa que no recuerdo haga el de Coveñas jeje. Lo mejor de todo es que la entrada es gratis; esos sí, no se deje timar pues a nosotros nos cobraron $2.000, pero este valor es por el derecho a ducharse una vez sale uno del volcán; pero, a algunas personas le cobran este dinero por el hecho de ingresar al volcán. La ducha, considero que no es necesaria; pues, el mar está muy cerca la volcán, lo que permite que una vez se termine el baño de lodo caminando a unos tres minutos se llega al mar y al bañarse en el mismo, el lodo sale mucho más fácil que en la misma ducha.
El domingo, fue un día de solo relajo, playa, brisa y mar al máximo, disfrutando del placer que normalmente el mar nos regala, seguido de la excelente alimentación que el hotel nos brindaba, full pescado casi que de la variedad que uno quisiera comer, podría uno decir que estaba en el paraíso.
Al día lunes en la mañana, debido a que no tuvimos la opción de una probabilidad de certidumbre para el paso por Caucasia, debimos madrugar para iniciar el retorno a casa por esta vía, iniciando desde Arboletes el recorrido a las 08:20, este recorrido rindió bastante; pues, debido a la incertidumbre con el tema del paro minero muy pocos carros transitaban esa vía; tan poco, que en la gran mayoría del trayecto podía uno decir que transitaba por “doble calzada”, la soledad de la carretera, combinada con las rectas en la vía a la costa permitió aumentar un poco la velocidad con la posibilidad de cruzar Caucasia a una temprana hora. Poco después de pasar Planeta Rica, el último indicador de combustible de mi moto comenzó a titilar indicando que estaba ya haciendo uso de la “reserva”; pero, según mis cálculos Caucasia se encontraba a aproximadamente 50Kms lo que me permitiría llegar a dicha ciudad con el “olor” del tanque, se continuó avanzando a buen ritmo y pasando el peaje de La Apartada, a 20 kms de Caucasia y por vez primera mi máquina mientras rodaba se apagó indicando que se había quedado sin combustible, 4 motos de las 6 que viajábamos eran de la misma marca que la mía y cargábamos peso similar; sin embargo la única que quedó sin combustible fue la de mi propiedad. Dimos vuelta hacia La apartada y con ayuda de un amigo quien me empujó con la técnica del calapie pude llegar a dicho pueblo donde reposté combustible; fue en esta actividad donde, nos dimos cuenta que las otras motos estaban próximas a apagarse, pero creo yo que si alcanzaban a llegar a Caucasia; por alguna, extraña razón fui el primero y único al que se le terminó el combustible antes de lo estimado (quizás porque puntié todo el camino y tengo un filtro de aire de alto flujo).
Con los tanques llenos y con premura de pasar Caucasia y El Jardín iniciamos de nuevo nuestro recorrido y lo que son las cosas de Dios, mi moto se apagó obligándonos a repostar en el pueblo anterior lo cual fue lo mejor que pudo pasar; pues, las estaciones de gasolina de Caucasia estaban cerradas, e incluso las máquinas dispensadoras estaban como en película de horror, selladas con madera (como medida preventiva por los posibles disturbios). Afortunadamente, a parte de la soledad de las calles nada raro ni extraño ocurrió; pasamos Caucasia y posteriormente llegamos a El Jardín, donde a parte de un partido de fútbol, bloqueando media calle no hubo ningún inconveniente; pero con la novedad que en este pueblo las estaciones de combustible al igual que en Caucasia estaban cerradas y selladas. Afortunadamente (y que triste decirlo de esta manera) gracias a los protestantes mineros que este día no salieron a protestar en las calles y no a la policía (la cual brilló por su ausencia desde Caucasia hasta El Jardín) pudimos transitar sin inconvenientes por estas vías, posterior a El Jardín, imprimimos gases a nuestras monturas con destino a Medellín. Luego de una hora de parada a almorzar y varias paradas pequeñas a estirar pies; llegamos a Medellín a las 18:20 de la tarde. Nuevamente otro viaje se ha culminado cargado de nuevas experiencias y un sitio nuevo de Colombia conocido donde habita gente maravillosa que gustosos nos esperarán en una siguiente visita.
contador visitas